La relevancia que el optimismo y el humor tienen para la vida saludable me impulsa a escribir este artículo para compartir los recursos y las claves que, desde los principios de la psicología positiva y mi experiencia en intervenciones profesionales compruebo, ayudan a disfrutar y abordar de manera más plena las situaciones vitales, tensiones cotidianas, conflictos, dolencias, cambios, pérdidas o retos con éxito. Es una necesidad social que incide positivamente en la salud, calidad de vida, sentido vital de cualquier persona y en sus entornos.
Concepto de optimismo
Desde el punto de partida de percibir la vida, podemos decir que es la capacidad de las personas para sobreponerse a pérdidas, cambios o al dolor emocional. El camino del optimismo flexible y del optimismo inteligente parte del por qué un pesimista ve un problema en cada oportunidad y un optimista ve una oportunidad en cada problema. El optimista inteligente que acepta los ciclos y aspectos más o menos como parte de la vida misma. Existen relaciones causa-efecto del optimismo con la salud: somos una máquina bioquímica inteligente y que gestiona respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales. La necesidad de comprender por qué el cuerpo bombea adrenalina, dopamina o endorfinas según los estímulos recibidos, los pensamientos, las conductas y por qué hasta enamorarse tiene su explicación en la química.
Podemos cambiar
La vida, como sentimiento personal de las cosas que pasan, está supeditada al poder de las propias actitudes y decisiones. Los seres humanos poseemos la capacidad para superar y transformar pérdidas vitales en optimismo realista y potencial creativo personal/ social. Para ello, es recomendable echar mano de la risa y el humor como fuente de salud, algo tan sano… como barato. Propongo una tabla de gimnasia basada en compartir risas, a hacer muecas en el espejo, silbar por la calle mientras caminamos, descubrir la guerra de las cosquillas o crear nuestro archivo de anécdotas y chistes para provocar sonrisas. Gestos aparentemente tan poco significativos como andar erguido, respirar hondo o sonreír influyen en nuestra vida. Y es que tenemos que aprender también a conectar con nuestro “payaso interior”, a relacionarnos con personas alegres y compartir risas. Como decía Serrat, "hoy puede ser un gran día, plantéatelo así, aprovecharlo o que pase de largo, depende en parte de ti...".
Juan Cruz González, psicólogo clínico y consultor
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