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domingo, 2 de agosto de 2009

Despertar a los Abusos sexuales en la infancia y su repercusión en la edad adulta -CONFERENCIA







“La agresión más mortífera de todas las agresiones posibles es la mutilación del espíritu de un niño, porque destruye el principio vital de la confianza”. Erik Erikson, Sociedad Americana de Medicina. 1972
¿Sabías que un 23% de las niñas (una de cada cuatro) y un 15% de los niños (uno de cada seis) sufre diferentes tipos de abuso sexual en España antes de los 17 años?. Según un estudio de FUNCOE en un informe presentado en Valencia (1998)

Sólo se detecta entre el 10% y el 20% de los malos tratos producidos.
Ministerio de Asuntos Sociales España ( 1994)








Acerquémonos desde lo emocional al conflicto producido en cualquier ser humano, que en los albores de su vida y desde su frágil psiquismo infantil, inesperadamente se encuentra con que el necesitado y esperado cariño, protección, y cuidados necesarios por parte de sus adultos, es cambiado por brutales agresiones sexuales, a veces solapadas, sin saber lo que está ocurriendo, ni sus causas, ni la razón de por qué se producen.

El niño comenzará su maduración, traumatizado desde secuelas en su desarrollo cognitivo, emocional, afectivo, sexual y desde el silencio mas insufrible que darse pueda. La distorsión de autoconcepto, autovaloración y autoimagen empobrecerá su autoestima y desarrollará desconfianza en sí mismo, en los que le rodean, y en la propia sociedad. El trastorno de estrés postraumático le acompañará, sin ilusión ni esperanza, para poder gozar, amar o crear un proyecto de vida normal en su fase adulta,.

Con este daño ¿cómo el infante puede elaborar esas experiencias insoportables?. Si para cualquier persona se hace difícil la expresión verbal de sentimientos, cuando éstas son contradictorias y conllevan un continuo y profundo dolor emocional, al niño, desde su inmadurez cognitiva y limitación de vocabulario, esos sentimientos pueden bloquearle la comunicación verbal. Esto, como veremos más adelante, le llevará a enfrentarlo desde la soledad y el silencio mas insufrible que darse pueda.
Siguiendo a Laín Entralgo, habla del silencio que no puede ser soportado por el hombre de un modo indefinido, y alude al poema de Baudelaire.

“Yo soy la herida y la cuchilla,
soy el forjado y soy el yugo,
la bofetada y la mejilla,
soy el reo y el verdugo"


A pesar de este silencio, el conflicto producido por el malestar emocional, tenderá a buscar salida a través de otras formas de expresión, como conductas desadaptadas, trastornos psíquicos, e incluso habrá personas que mostrarán inconscientemente el conflicto desde síntomas físicos.

Entonces, la "somatización" como proceso, llevará al niño/a, ya sea joven o adulto, a buscar ayuda médica por síntomas físicos. Los médicos les recibirán en sus consultas y descubrirán patologías difícilmente explicables en su patogenia: amenorreas (falta de periodo)- dismenorreas (menstruaciones dolorosas), dispareumias (o coito doloroso), impotencia, frigidez, esterilidad, rechazo sexual, abortos de repetición, mastodinias (dolor de mama) anorexias nerviosas, bulimias) dolencias que se podrán entender en el sentir de Laín : “la enfermedad no aparece como un desorden del cuerpo, porque la enfermedad conlleva un “sentido biográfico”, tanto en orden a la génesis como respecto a la configuración de su cuadro sintomático”, y así el médico podrá intuir que en estas personas esos “dolores “ y “trastornos” pueden estar asociados a rechazos y oposiciones a la identidad sexual, inhibiciones a la maduración, adversión y rechazo al contacto sexual, desaparición de signos de feminidad, que he comprobado en la clínica, ser el grito delator de ultrajes sexuales padecidos en la niñez o adolescencia, y que afloran por fin al exterior como angustiosa petición de ayuda.

Serán los psicólogos y/o psiquiatras quienes “aplicando el oído” en la persona que enferma, explorarán estos síntomas para intentar descubrir las patologías psicosociales que subyacen, e intentar ayudar a entender y asumir su biografía vital desde el proceso terapeútico. Un paciente dice
“Al principio salió algo que no esperaba
Luego me confundí y bloqueé.
Luego lo negué.
Luego me cabree. No quería aceptarme y salía rebotada.
Luego me encontré, y por fin soy yo misma completa.”


A través del esquema siguiente, intentaré transmitir y posibilitar entender el proceso de padecimientos que, desde la niñez, relatan que tuvieron que pasar, personas jóvenes y adultas que solicitaron mi ayuda profesional; con otros trastornos psicológicos aparentemente diferentes al tema que estamos tratando.

A lo largo del proceso terapéutico individual fueron mostrando sus traumas infantiles y desde el análisis posterior de cada uno de ellos, pude observar, en una mayoría, tantos puntos en común, que parece hubiesen pasado por las mismas experiencias traumáticas e incluso similar proceder de cada maltratador.

Tantas vidas adultas, destrozadas en la infancia y solicitando ayuda, hacen pensar en la cantidad de personas abusadas que permanecerían ocultas con sus terribles silencios. Asumiendo siempre el secreto profesional me planteé, evitar convertirme en un eslabón mas de esa cadena de silencios y dar rienda suelta a mi conciencia social, poniéndole mi voz a sus gritos y llantos angustiados, para, en su nombre, entregárselos a la sociedad a la que pertenecen, e intentar transformar tanta amargura en abono fértil, que permita, que otros niños puedan recibir de sus adultos la ayuda adecuada que impida la cercanía de agresores que, robándoles su dignidad, les sesgue su vida.

Compartamos sus gritos y llantos silenciados.

De personas jóvenes o adultas con y sin minusvalía , en su mayoría mujeres, pertenecientes a familias de todas la clases sociales y culturales que acuden desesperadamente a consultar, buscando su dignidad e identidad, cuando YA NO PUEDEN MÁS.

Algunos síntomas que presentan hablan de secuelas de profundas heridas emocionales todavía sin cicatrizar; desajustes de la realidad, trastornos psicosomáticos (sobre todo en la esfera genital), problemas en su identidad sexual, en sus relaciones sociales, familiares o de pareja, alteraciones en la alimentación, labilidad emocional o depresión, deseos de no vivir, intentos de suicidio,...
Viven en continua lucha, con un secreto oculto que no se han atrevido a desvelar, por ser parte de un tortuoso pasado que no pueden olvidar marcado por terribles recuerdos, imágenes y pesadillas que, desde el presente, llenan de desesperanza el futuro y la ilusión por vivir.
Son personas que, desde su inocencia y desconocimiento infantil, tuvieron que acostumbrarse a ser agredidas y maltratadas psicológicamente. Algunas recuerdan tener menos de cinco años, cuando se veían forzadas, coaccionadas o engañadas, para satisfacer, desde sus frágiles mentes y cuerpecillos, las perversiones, y abusos sexuales de agresores jóvenes o adultos. Quienes, desde su superioridad, las utilizaban para estimularse sexualmente a sí mismos, o a ellas a través tocamientos, besos, manoseos, llegando incluso a la vejación o violación traumática.
Habitualmente, para eliminar ante los ojos de la víctima, o de sus responsables adultos cualquier sombra de malignidad en su conducta, los agresores se aprovechaban de la cercanía emocional, y actuaban premeditadamente, escondidos a los ojos de los demás, con total impunidad y libertad de acción. La criatura en su ingenuidad, no podía entender el suceso libidinoso y desviado, llegando incluso a confundirlo con expresiones cariñosas de afecto exentas de malicia.

Con el paso del tiempo quedaban atrapadas en las redes de chantajes obligados y de perversa complicidad que sus agresores se encargaban arteramente de tejer en su incipiente autoestima. Cada abuso, independientemente de su frecuencia o continuidad, quedaba sistemáticamente silenciado en un secreto cerrado por finos hilos de engañosos afectos y caricias, juegos, tratos de favor, y dádivas, creando así un nudo mayor a la perversa relación.
El silencio comenzaba a convertirse en el mayor cómplice y enemigo del calvario, que en ocasiones, se mantenía sellando lo que ocurría de una generación a otra, para evitar la amenaza que podía representar en la continuidad del frágil sistema familiar.

Apresadas en su silencio y ajenas a tanta crueldad, intentaban desde sus juegos infantiles, amistades, relaciones familiares y escolares, hacer una vida “normal”, que se oscurecía con cada desalmado contacto. Las indefensas criaturas ante el daño, las molestias o la velada sospecha de que algo malo escondían esas situaciones, intentaban oponer resistencias o negativas hacia la relación, que, por sistema, el agresor, desde su superioridad desmontaba con ladina habilidad.

En un momento dado, el miedo a las amenazas, represalias o chantajes, impedían cualquier intento por escapar o comunicarlo al exterior. Atrapadas por la manipulación y angustiosa complicidad con el agresor, desde el miedo y sentimientos de culpa, éste fortalecía lazos de sumisión y pactos de silencio para asegurarse el aislamiento emocional de sus víctimas. En el caso de hermanos lo habitual era que cada uno pasase por las mismas experiencias pero silenciadas, cegadas o ensordecidas entre ellos mismos.

Se sentían desprotegidas también, porque en ocasiones, los agresores conseguían la complicidad de algunos miembros de la familia, y entonces éstos no hacían una clara apuesta por ellas. O bién, porque su familia o educadores desconocían la situación y vivían ajenas a la misma.
Con la autoestima cada vez más debilitada, y con desconfianza generalizada hacia el ser humano adulto, quedaban solas y paralizadas, intentando romper la perversa complicidad, con llantos y gritos silenciosos que tan sólo los rincones de su habitación y sus pequeñas almohadas escuchaban, para intentar desahogar en soledad tanto sufrimiento, de su dañado mundo emocional, afectivo relacional y sexual.

Así en algunas de sus conductas infantiles mostraban indicios cuando; eludian los juegos que implicaban contacto físico, o les daba asco que les besasen o les cogiesen, se volvían negativistas, solitarios, tristes e introvertidos, se les agriaba el carácter, e incluso podían ser dóciles o violentos, hiperactivos y desconfiados, algunos llegaban a masturbarse mucho desde pequeñitos. Cambiaban los hábitos alimentarios y presentaban síntomas de estrés postraumático.

Indicios que si bien, no tenían porque ser determinantes, al ser, compatibles con otras patologías psicológicas o enfermedades, si hubiesen permitido a: los familiares, profesores, cuidadores o tutores, contemplar el abuso como una posibilidad y ayudarles a tiempo.
Llegadas a la adolescencia estas personas, tuvieron que afrontar el terrible descubrimiento de lo que, hasta entonces, las estaba sucediendo. La tristeza, rabia , desesperación y sentimientos de suciedad y culpa, las llevaba a vagar sin creencias ni rumbo. Con la angustia y confusión, como compañeras, intentaban encontrar su identidad y seguridad; unas a través de la rebeldía; otras desde adiciones a drogas o alcohol y algunas, desde la parálisis afectiva, relaciones interpersonales distorsionadas y desviaciones, rechazo o promiscuidad sexual. Todas necesitaban destruir sus biografías traumáticas y quitarse de encima los asquerosos recuerdos producidos por su inmutable agresor.

Muchas de estas personas mantuvieron su silencio, durante años, ante el temor a: no ser entendidas, ser ignoradas, tachadas de mentirosas, rechazadas, incomprendidas, culpabilizadas, o simplemente con miedo a la posible falta de reacción de sus familiares, profesores o amigos, si comunicaran que sus maltratadores/as andaban ocultos entre las personas de su entorno cercano; vecinos, cuidadores, educadores, compañeros, amigos de la familia o de confianza, primos, tíos, hermanos, abuelos, padrastros o los propios padres biológicos. ¡Qué tristeza!.

Estos agresores, con alta probabilidad, continuarán actuando desde “sus aparentes vidas normales” buscando a nuevas víctimas inocentes sobre las que colocar, quizás sus angustias, desdichas o posibles traumas infantiles. Evitaran ser descubiertos y para ocultar las pruebas de su despiadada perversidad - que no siempre psicopatía - no dudarán en mostrar su desfachatez y frialdad para culpabilizar a la víctima , negar los abusos o mostrar horror hacia los mismos, e incluso manifestar cínica preocupación y afectividad por ellas ante los suyos, ante la sociedad, e incluso escurriéndose ante la justicia, desde la ausencia, de pruebas físicas o testigos.
Una paciente me dijo que transmitiese. “Este problema social debe ser atajado cuanto antes, porque un niño maltratado de una manera tan brutal, como es el abuso sexual, se convierte en un adulto, desintegrado, totalmente inseguro, inadaptado socialmente, y con un aprendizaje a sus espaldas, de lo que es la vida y las personas totalmente erróneo, lo que le conlleva a actuar de forma incorrecta con uno mismo y con sus semejantes. Hagan todo lo posible para evitarlo”.

Con todo esto, sería importante que aprendiésemos a detectar precozmente las señales de los auténticos llantos y gritos silenciosos, de tantos pequeños que en nuestra generación, estarán pasando inadvertidos, y que desde su débil y triste denuncia, destapan los oprobiosos hechos de las más oscuras patologías y realidades de la sociedad, recordándonos la necesidad de ayudarles al unísono, desde todos los sectores sociales y profesionales para:

1. Potenciar los programas de sensibilización y concienciación social.

2. Capacitar a padres, cuidadores, tutores y formadores.

3. Instruirles desde su infancia y adolescencia en la prevención. sin dramatizar , ni crear miedo y con naturalidad, desde las familias y los programas de sexualidad escolares.

4. Apoyar programas sociales que actúen sobre los factores y grupos de riesgo; marginalidad, pobreza, etc… y personas con discapacidad.

5. Facilitar desde los servicios sociales la detección precoz de situaciones de maltrato y apoyo o tratamiento al menor, familia, e incluso pienso para agresores jóvenes, y valorarlo para aquellos adultos, que muestren arrepentimiento y reconocimiento de sus actos.

6. Comunicar a las Instancias Judiciales, cualquier caso de abuso infantil detectado, para impedir que los agresores sigan cometiendo troperías.




Anorexia y Bulimia; Discursos de medicos y mujeres diagnosticadas   Tesis doctoral Mª Eugenia Gil. En la bibliografia 7. el "El llanto y Grito Sileciado " . Toko-Ginecología practica 2001, vol 60, nº 4, p 179-180



Según un estudio realizado por López, Hernández y Carpintero, de 1995, en España el 23% de mujeres y un 15% de hombres han sido víctimas de algún tipo de abuso sexual en la infancia.


Se ha estimado que el 60% de los menores que han sufrido abusos sexuales presentan problemas psicológicos graves durante su vida adulta.

.....




“ A menudo escucho que os referís al hombre que comete un delito como si él no fuera uno de vosotros, como un extraño y un intruso en vuestro mundo. Mas yo os digo que de igual forma que ni una sola hoja se torna amarilla sin el conocimiento silencioso de todo el árbol, tampoco el malvado puede hacer el mal sin la oculta voluntad de todos vosotros”. ( Jalil Gibran, 1923.)


Comparto este extraordinario video, con un mensaje de esperanza, sobre MALTRATO Y ABUSOS SEXUALES EN LA INFANCIA que una profesional conocida ha realizado para sensibilizar a la sociedad y de manera muy sensible ayudar a cualquier víctima a salir del tremendo dolor y aislamiento en que le dejo el delincuente abusador
ROMPAMOS ENTRE TOD@S EL SILENCIO
Tambien puedes ayudar y hacer mucho


Permitir una injusticia significa abrir el camino a todas las que siguen !

"Lo más atroz de las cosas malas, de la gente mala... es el silencio de la gente buena" (Mahatma Gandhi)


¡¡¡ DIVULGALO GRACIAS !!!
.-.-.-.

Estadísticas

A continuación encontrarás varias estadísticas acerca del abuso sexual infantil, organizadas en base a prevalencia y consecuencias. Creí que podría ser útil incluir información más "dura" acerca de este tema con el propósito de concientizar, pero también con el propósito de tranquilizar. Para mí ha sido tremendamente reconfortante saber que no soy la única que ha pasado por experiencias como estas, aunque confieso que han habido veces en que me da rabia que toda mi experiencia, todo lo que he vivido y sentido, se vea reducido a un "simple número"...

PREVALENCIA

Las estadísticas son escandalosas:
  • 1 de cada 4 niñas es abusada sexualmente antes de cumplir 18 años.
  • 1 de cada 6 niños es abusado sexualmente antes de cumplir 18 años.
  • 1 de cada 5 niños es abordado sexualmente a través de internet.
  • Casi el 70% de todos los asaltos sexuales (incluyendo los asaltos a adultos) ocurren a niños de menos de 17 años.
  • Hoy existen aproximadamente 39 millones de sobrevivientes de abuso sexual infantil en Estados Unidos.
Los niños están en riesgo de ser abusados sexualmente incluso dentro de sus propias casas:
  • Entre el 30 y el 40% de las víctimas son abusadas por un miembro de la familia.
  • Otro 50% son abusadas por alguien fuera de la familia, pero a quien conocen y en quien confían.
  • Aproximadamente el 40% es abusada por algún niño mayor conocido.
  • Por lo tanto, sólo el 10% es abusada por un extraño.
El abuso sexual puede ocurrir a cualquier edad, e incluso más tempranamente de lo que piensas:
  • La edad media de los abusos sexuales denunciados es de 9 años.
  • Más del 20% de los niños es abusado sexualmente antes de cumplir 8 años.
  • Cerca del 50% de las víctimas de sodomía, violaciones con un objeto y tocamientos forzados son niños menores de 12 años.
La mayoría de los niños no revela haber sido abusado, incluso si se le pregunta:
  • La evidencia de que un niño ha sido abusado sexualmente no es siempre obvia, y muchos niños no cuentan que han sido abusados.
  • Más del 30% de las víctimas nunca revela la experiencia a NADIE.
  • Las víctimas pequeñas pueden no reconocer su victimización como un abuso sexual.
  • Más del 80% de las víctimas niegan o son reacias a revelar el abuso. De las que sí lo revelan, aproximadamente el 75% lo hace accidentalmente. De aquellas que sí lo hace intencionalmente, más del 20% eventualmente se retracta aunque el abuso efectivamente haya ocurrido.
  • Las falsas acusaciones constituyen sólo entre el 1 y el 4% de las denuncias. De éstas, el 75% son realizadas por adultos y el 25% por niños. Los niños sólo realizan falsas acusaciones el 0,5% de las veces.



CONSECUENCIAS
Las consecuencias del abuso sexual infantil comienzan a afectar a los niños y a sus familias inmediatamente. Estos efectos pueden continuar por muchos años en la vida de los sobrevivientes y así impactar a la sociedad por múltiples décadas. Ahora trata de dimensionar el impacto de 39 millones de sobrevivientes.
Problemas de salud y/o de comportamiento:
  • La manera en que la familia de una víctima responde al abuso juega un rol muy importante en cómo el incidente afecta a la víctima.
  • Los niños que guardan el abuso sexual como un secreto o que al revelarlo no les creen están en mayor riesgo de desarrollar problemas psicológicos, emocionales, sociales y físicos que pueden prolongarse a la adultez.
  • Los niños que han sido víctimas de abuso sexual están en mayor riesgo de desarrollar problemas de salud físicos (por ejemplo, dolores de cabeza).
  • Las víctimas de abuso sexual infantil sufren más síntomas de trastorno de estrés post-traumático, mayor tristeza y más problemas en los colegios que los que no lo han sido.
  • Las vícitimas del abuso sexual infantil tienen mayor probabilidad de desarrollar depresión cuando adultos.
  • Las niñas que han sido abusadas sexualmente están en mayor riesgo de desarrollar desórdenes de almientación cuando adolescentes.
  • Las víctimas adolescentes de crímenes violentos tienen dificultades en su transición a la adultez, tienen mayor probabilidad de sufrir fracasos financieros y lesiones físicas y están en mayor riesgo de fracaso en otras áreas debido a problemas de comportamiento y consecuencias de la victimización.
Problemas de drogas y/o alcohol:
  • Las víctimas de abuso sexual infantil reportan mayores problemas por abuso de sustancias. Entre el 70 y el 80% de las sobrevivientes de abuso sexual reportan uso excesivo de drogas y alcohol.
  • Las niñas que han sido abusadas sexualmente están tres veces más expuestas a desarrollar desórdenes psiquiátricos o de abuso de alcohol y drogas en la adultez.
  • Entre los sobrevivientes masculinos, más del 70% recurre a tratamientos psicológicos por problemas como abuso de sustancias, pensamientos suicidas e intentos de suicidio. Los hombres que han sido abusados sexualmente, tienen mayor probabilidad de victimizar a otros con violencia.
Embarazo adolescente y promiscuidad:
  • Los niños que han sido víctimas de abuso sexual exhiben más problemas de comportamiento, particularmente por comportamientos sexuales inapropiados.
  • Las mujeres que reportan violación en la infancia tienen tres veces más probabilidad de quedar embarazadas antes de los 18 años.
  • Aproximadamente un 60% de los embarazos adolescentes están precedidos por experiencias de abuso, violación o intento de violación. La edad promedio de los agresores es de 27 años.
  • Las víctimas de abuso sexual infantil están más propensas a ser promiscuas sexualmente.
  • Más del 75% de las prostitutas adolescentes han sido abusadas sexualmente.
Crimen:
  • Los adolescentes que sufren victimización con violencia están en mayor riesgo de ser víctimas o agresores de asalto y violencia doméstica en la adultez.
  • Cerca del 50% de las mujeres que está en prisión dice haber sido abusada durante su infancia.
  • Mas del 75% de los violadores en serie dice haber sido abusado sexualmente cuando niño.
Gran parte de los agresores no abusa de un solo niño si no es denunciado:
  • Más del 70% de los pederastas tiene entre 1 y 9 víctimas; al menos el 20% tiene entre 10 y 40 víctimas.
  • Un pedófilo promedio puede tener 400 víctimas en su vida.
ABUSO SEXUAL INFANTIL

6 comentarios:

  1. Gracias por su información. Fui víctima de abuso sexual en un cine cuando veía con mi mamá y mi hermano una cinta infanti. Atrás de butacas se sentó un depravado. Cuando mi madre se dio cuenta, este en cuestión de microsegundos desdapareció de la faz de la tierra. Esto me ha afectado mucho. De hecho ni me he casado y padezco bulimia. De parte de los religiosos ha recibido maltrato físico

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  2. Muy buen artículo, hace falta difundir toda la información que sea posible. Sufrí abusos sexuales por parte de un amigo de la familia durante 4 años y la verdad es que, aunque siempre me empeñé en restarle importancia y en pensar que ya lo había superado, cuando he empezado a tratar el problema me he dado cuenta de que mi vida ha estado en todo momento ensombrecida por éste hecho.. todas esas noches sin dormir, esos dolores de estómago, los nervios, esas depresiones continuas en la adolescencia, los problemas con la menstruación, por ausencia de ella y por dolor cuando no faltaba. Ese miedo continuo, la desconfianza... todas esas cosas que me provocaban ese rechazo a mi misma... restulta que venían de ahí, unido a la carga de sentir que la felicidad de mi madre estaba en mis manos. La mejor situación para contarlo, como podéis imaginar...

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  3. Importantiiiiiiiisimo Juan ;los niños q padecieran esto les pueden pasar 2 cosas , guardar el rencor el odio y acumular desordenes mentales tan importntes q sen imposibles de controlar en la edad adulta a menos q sea con terapia a la edad adecuada (ya no digo ni tan sólo aulkta!)
    O bien inhibición total de la propia personalidad , relación , sentimientos etxx...etc...hasta el punto de tener q llegar a utilizar terapia farmacológicla, pero igualmente lo importante??? luchar y salirse!!

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  4. Estaba leyendo un articulo que usted escribio sobre el abuso infantil y sus consecuencias en la vida adulta. me intereso porque yo pase por eso y por miedo a ser rechazada lo he estado escondiendo.

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  5. ¿ son enfermos mentales inteligentes?
    ¿ Qué hacer cuando los hechos ocurrieron hace años?
    ¿ Te desvinculas de la familia que lo encubre?
    Aunque dejes de ver a tu demonio siempre siempre hasta que no arda en los infiernos estará presente en tu interior. Muchas gracias por su artículo.

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  6. Gracias ¡¡¡ ¿? sinceramente creo los/as abusadores/as la mayoria no son enfermos son delincuentes¡¡¡¡
    Se debe poner voz a la criatura interior que sufrio el daño y hacer como adulta lo que no se pudo defender ni hacer , se deberia destapar al agresor ya que es el unico culpable y responsable de TODO. Cuando se empieza uno mismo a defender, a poner voz y sentimiento a lo que ocurrio como victima , se pierde el miedo y el agresor deja de estar en el interior poco poco muere definitivamente ¡¡¡¡
    Cordial saludo

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